martes, 27 de octubre de 2009

Tarantino firma una nueva obra maestra

No se puede decir que yo sea una gran fan del cine de Tarantino, pero no puedo despreciar lo que notablemente se erige como una de las mejores películas del año y porqué no decirlo, del cine contemporáneo. En Malditos Bastardos el siempre inteligente Quentin huye de los tópicos recurrentes en las películas sobre Nazis y es capaz de ensamblar una historia muy digna de sí mismo. Como es habitual en el resto de su filmografía, los derroches de sangre y violencia gratuita acompasan cada uno de los capítulos en los que el director ha decidido dividir la película, exactamente cinco. Sé que ya forma parte de su huella personal, de su manera de transmitir la brutalidad de sus personajes, pero a mí, sinceramente, tanto exceso me sobra. Y eso que disfruté como hacía bastante - por no decir mucho - tiempo que no lo hacía sentada en una butaca de cine, pero quizás me incomodara todo ese ensañamiento.

Una de las muchas virtudes de las que puede presumir Tarantino, y que en Malditos Bastardos queda patente, es su capacidad innata para conseguir que el espectador desconecte y se sumerja de lleno en la historia que se proyecta. Siendo que sus películas son bastante más largas de lo que el cine actual acostumbra, las casi tres horas en las que discurre la trama apenas cansan ni pasan factura. La sensación de que se está atrapado en lo que se narra es total de inicio a fin, del primer al último plano, eso sí, esperando a cada minuto una nueva sorpresa, un nuevo disparo, una nueva muerte.

Además de alabar el fantástico trabajo del bastardo Quentin, debo hacer lo propio con el reparto de la cinta, fabuloso sin lugar a dudas, y que está al nivel de tamaño realizador. En el cartel pueden llamar la atención los nombres de los más hollywoodienses y asiduos visitadores de alfombras rojas, Brad Pitt y Diane Kruger, cuyas interpretaciones no quedan atrás, pero debo decir que la revelación del largometraje, al menos para mí, es el austríaco Christoph Waltz. En sus manos está la mirada más terrorífica de la producción y durante los 160 minutos temí la aparición de Hans Landa, el 'Caza judíos', en pantalla. No me sorprende pues que recibiera el galardón al Mejor Actor en la pasada edición del Festival de Cine de Cannes, y no me extrañaría que le fueran otorgados otros premios ante tan exquisita actuación.

Por último destacar la inefable banda sonora que siempre acompaña a Tarantino y que no defrauda en absoluto. Quentin en pura esencia.

3 comentarios:

  1. Tu primer seguidor y tu primer comentario!!! jeje :) Tiene muy buena pinta este blog paulita mucha suerte y seguro que dentro de nada habrá un montón de gente pasando a visitarte! ;)

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  2. marvin está deseando que Paula le cuente cositas de la Tierra ^^

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  3. Es cierto que no he visto esta película aunque parece que está bien hecha por todos lados... Pero me aventuro a decir que no me gustará. Todavía no he visto una sola película de T que me guste... Algún día lejano te diré si la razón la tenías tú o yo xD Ese hombre me parece la sobrevaloración hecha director de cine.

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