viernes, 4 de diciembre de 2009

In memoriam

Ayer (4 de diciembre) falleció Jordi Solé Tura. Si me limito a poner su nombre, es más que probable que os quedéis indiferentes. Pero esas tres palabras traen mucho más detrás. Jordi Solé ha muerto a los 79 años de edad, tras una vida dedicada a la lucha, la lucha política por sus creencias. Militó clandestinamente en el PSUC durante los años más duros de la dictadura, apoyó a Carrillo mucho antes de que el Partido Comunista fuera legalizado y se convirtió en una pieza clave en la fuerza de la 'nueva izquierda'. Pasó algunas temporadas en prisión, y llegado el momento, tuvo que exiliarse por diversas capitales europeas del este, época en la que participó muy activamente como locutor de la famosa Radio Pirenaica. Ahí no queda todo. Con la transición y el fin de la dictadura volvió a España, y formó parte, junto a Manuel Fraga, entre otros, de la Comisión encargada de escribir la Constitución Española. Su extenso currículum se cierra con dos legislaturas, las de Felipe González, en las que lideró el Ministerio de Cultura. Lamentablemente, enfermó de Alzheimer, y olvidó su propia historia.

Me apenó la muerte de Solé Tura porque lo considero un personaje algo cercano a mí. Hará ya más de un año y medio, en la que una noche, topé fortuitamente con un documental en TV3 que me sorprendió. Bucarest, la memòria perduda. Albert Solé, el hijo periodista del político catalán, decidió que necesitaba hacer un ejercicio de reflexión sobre la vida de su padre, y de su propia infancia, algo difusa, inundada de secretos y tapaderas. Es, además, un documental que tiene como fin ser la memoria, ya inexistente, de Jordi Solé.

Continué mis averiguaciones sobre él, y topé con su libro de memorias, Una història optimista; memòries. Lo leí muy a gusto, me encantó saber cómo progresó de ser casi analfabeto a lograr acceder a la universidad, y de ahí a convertirse en pieza clave del PSUC. Se trata de un tomo de algo más de 400 páginas (escueto para contar una vida como la suya), y que resulta ser sólo la primera parte de su autobiografía. Promete poner empeño por escribir la segunda, pero que tristemente, nunca llegó a ser realidad, pues aconteció esa terrífica enfermedad que le ha robado los recuerdos.

Yo diría que su hijo Albert, se ha encargado de continuar con ese cometido, y la película-documental retrata de una manera detallada y a veces desgarradora la vida de un joven catalán, panadero, estudiante, soñador.
In memoriam, por Jordi Solé Tura.

2 comentarios:

  1. Descanse en paz... La verdad es que cuando escuché su nombre sabía que me sonaba de algo pero no caí al instante. En seguida oí una voz: "qué gran socialista". Y de golpe todo encajó... Una pena, vaya.

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  2. Una nit, farà temps, també hi vaig topar amb aquesta joia del documental a TV3, d'aquest gran home d'esquerres. La manera de barrejar passat i present agafant com a fil conductor la malaltia que patia em va semblar genial. M'agradat molt el teu post, jo també portava al cap la idea de nomenar-lo al blog. Ah,per cert, aquesta nit a la dos, a les 22.00, s'hi torna a emetre el documental, Bucarest, una memòria perduda. Bon treball! :)

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