lunes, 9 de noviembre de 2009

cosas, Gente

Todos tenemos días buenos, días malos. En estos últimos, nos parece que no tenemos a nadie, que somos insignificantes. Últimamente, los días buenos, y los muy buenos, invaden mi vida. Soy feliz.

Me he dado cuenta de que el pesimismo que nos recorre el cuerpo en los días malos es muy traicionero, y saca lo peor de nosotros, al menos saca lo peor de mí. Provoca que aparezcan en volcán todos mis miedos, que me sienta decaída y que me encuentre fuera de lugar. Lo genial de los días buenos, es darse cuenta de que al contrario de lo que pensamos en los días malos, es que tenemos cerca a mucha gente que nos quiere, que nos valora, que nos aprecia.

Hoy en día solemos dar mucha importancia a las cosas. Materialismo. Soy materialista, siempre lo he sido, pero estoy descubriendo que me estoy haciendo una amante de la Gente (con 'g' mayúscula). De los amigos, los familiares, los compañeros. Toda esa gente que me rodea y que en los momentos más importantes, en los días buenos, me han dado su apoyo, me han demostrado su amor y me han hecho sentir importante.

Por supuesto, muchos de ellos son los que están también en los días malos, lo cual valoro bastante, ya que mis días malos son muuuuy malos.

Esta Gente hace que las cosas (con 'c' minúscula) pasen a un segundo plano. Una sonrisa, una mirada, un gesto especial, hacen mucho más por mí que lo que hacen otras cosas. Está claro que me encanta subirme al autobús escuchando mi iPod, pero a la larga no me aporta nada particular. Podría no escuchar música en ese trayecto, podría vivir sin iPod. Pero no podría vivir sin toda esa Gente, porque me hacen ver que no soy insignificante, que mis intentos de ser una buena persona, una buena amiga, hija, hermana o novia, no quedan en balde.

Qué bien me hacen sentir los días buenos. Cómo me gusta saber apreciar la importancia de toda esta Gente. Porque en la vida, el que tiene cosas y no tiene Gente, no tiene nada.

3 comentarios:

  1. Sempre hay alguien alrededor que consigue sacar lo mejor de nosotros! =)

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  2. Me encanta...
    Todos podemos vivir "sin iPod", aunque a veces nos cueste creerlo...
    P.D: es bonito ver una sonrisa en la cara de tus amigos, así que, por ello...lo que sea necesario!

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  3. Las cosas materiales no son más que eso, cosas materiales. Montones de objetos que al final terminan en el olvido, en un cajón, o simplemente en la basura.
    Un amigo, un padre, un hermano, o una novia nunca se ven relegados a permanecer en ese oscuro cajón, ni mucho menos en la basura.
    Sin duda alguna, una gran reflexión.

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