jueves, 26 de noviembre de 2009

Mi chasco con Luna Nueva

Está claro que la saga Crepúsculo es una máquina imparable de hacer dinero. Los cuatro libros de la escritora Stephenie Meyer han recaudado cifras millonarias, como ya lo hicieron otros tomos adolescentes del estilo de Harry Potter (de la que me considero una absoluta fan) o la trilogía Eragon. La adaptación al cine de la primera entrega, Crepúsculo, fue un absoluto éxito, ya que un recortado presupuesto consiguió una recaudación más que sorprendente.

Acudí el año pasado a ver la mencionada película, el primer fin de semana que estaba en cartelera. Recuerdo que cada vez que aparecía Robert Pattinson a escena, es decir, el vampírico protagonista de los libros (que por cierto ya participó en una de las pelis de Harry Potter), alias Edward Cullen, la sala se llenaba de grititos agudos, bastante patéticos diría yo, y que no cesaron hasta el último fotograma. La película no me pareció una obra de arte, pero me hizo pasar el rato, era bastante romántica y pese a una realización mediocre, tenía un pase.

Cual fue mi tamaña sorpresa al acudir, en esta ocasión al cine para ver la segunda entrega, y encontrar que entre los asistentes, se encontraría aproximadamente una media de edad entre los 28 y 30 años. Vale que era miércoles y en sesión de las diez, pero sigue siendo un hecho sorprendente. Ahora llega el momento de narrar mi desilusión y decepción con la secuela Luna Nueva, una apología de la tontería adolescente y de los músculos de los hombre-lobos.

Debo decir que mi hermana y mi madre son dos de esas fans histéricas y dogmáticas sobre todo lo que tenga que ver con Crepúsculo y más particularmente con Robert Pattinson. La primera ya había visto el filme (el día del pre-estreno, para más inri), y volvió a casa encantada con la película. La segunda está más que deseosa por hacer lo propio, y pese a mis opiniones desfavorables sobre la cinta, su fe sigue intacta. Aunque esta sea la situación en mi casa, yo volví del cine con la sensación de haber visto un largometraje chorra, pero que está rompiendo récords y siendo un taquillazo total.

¿Qué no me gustó de la película? Para empezar, la banda sonora de la primera entrega era mucho más brillante y cuidada en comparación con la de la segunda cinta, en la que no toma casi protagonismo. Me mata el victimismo recurrente de Bella, la humana enamorada del vampiro atractivo, que no sonríe una vez en toda la cinta y sólo sabe poner cara de circunstancias. Me cansa un hilo conductor contradictorio y poco creíble (ya sé que estamos hablando de una película de vampiros, pero es que tiene tan poca coherencia...). Pese a que sea una alegría para la vista, proclamar al viento que Jacob, el amigo lobo de Bella, ha ido al gimnasio día y noche teniéndole en pantalla sin camiseta me parece tan comercial que es incluso algo triste. Hay una escena que perpetra esto, hilarante diría yo, en la que Bella tiene un accidente de moto, y como sangra ligeramente por la cabeza, Jacob decide quitarse la camiseta, marcar bíceps y socorrerla. Tal cual el anuncio "Cuando estás orgullosa de tu cuerpo, se nota".

De hecho, llegué a aburrirme, y eso que yo soy la típica que se traga todas las americanadas disponibles y no le hace ascos a títulos como Una rubia muy legal, Ella es el chico o 12 en casa. Pero bueno, sé que aunque a mi no me gustara, va a ser la película líder hasta pasadas las navidades y que va a hacer mucha caja, y no sólo con un público adolescente. Os dejo el trailer y ya os decidís por vosotros mismos.

Aquí queda mi opinión. Ya os contaré que me parece la tercera parte...

1 comentario:

  1. Comparto tu opinión.
    La pelicula es una castaña y solo la han convertido en un exito -comercial- el forofismo y el vampirismo de moda...

    ResponderEliminar